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Creando un Mundo Pacífico a través de la Crianza Fomentando Compasión desde el Principio

"Si hemos de alcanzar una paz real en este mundo y si hemos de entablar una guerra verdadera contra la guerra, tenemos que empezar con los niños. Si ellos crecen con su natural inocencia, no tenemos que esforzarnos, no tenemos que tomar vanas resoluciones infructuosas, iremos del amor al amor y de la paz a la paz, hasta que todos los rincones del mundo estén cubiertos con esa paz y ese amor de los que todo el mundo, consciente e inconscientemente está hambriento" - Mahatma Gandhi

Todos anhelamos la paz. Sin embargo, frecuentemente esto parece ser solo un sueño fuera de nuestro alcance. En lugar de la vida pacífica que todos queremos, tenemos conflictos con nuestras familias, nuestras comunidades y entre nuestras naciones. Perdemos la esperanza de algo mejor, y comenzamos a pensar que nada cambiará. Nuestro sueño de paz sigue siendo difícil de alcanzar.

A este sueño es difícil renunciar, ya que comienza desde el nacimiento. Todos los niños sonríen felices cuando hay paz en el hogar, y están perplejos y lloran cuando no la hay. Para los niños, los conflictos son un rompecabezas. Como niños, no solo queremos estar bien con todos, lo esperamos. Nacemos esperando paz. Aún como adultos, nos sorprendemos y entristecemos con cada nueva historia de brutalidad. Aún creemos que la vida puede y tiene que ser pacífica. Pero sabemos que cada día, en muchos lugares, habrá conflictos, peleas, asesinatos y guerra. Si todos somos amantes de la paz en nuestra infancia, ¿Qué nos hace tan discordantes en la adultez? ¿Qué estuvo mal? ¿Cómo se puede reparar?

Nos despertamos cada mañana con la esperanza de que las cosas cambiarán, pero cada día hay otra historia triste e impactante. Nos desconcertamos y queremos entender qué estuvo mal. La naturaleza humana nos hace enfocarnos en los eventos recientes, no en los pasados. Por lo que nos preguntamos qué pudimos haber hecho en los días antes de la tragedia que la pudieran haber prevenido. ¿Cuáles intervenciones de último minuto pudieron hacer la diferencia? ¿Qué cosas diferentes se pudieron hacer para salvar vidas?

La prevención temprana es siempre la mejor.

No hay nada malo en este tipo de preguntas - puede ayudar a prevenir actos de violencia en el futuro. Pero para reducir el potencial para la violencia en general, puede ser más constructivo enfocarse en aspectos tempranos, no en los más recientes. Mientras que hay muchos factores que pueden llevar a la violencia, la mejor prevención es siempre la más temprana - la que evita que la primera pieza de dominó caiga.

Algunas formas posibles para lograrlo:

  1. Alentar a los hombres y mujeres jóvenes a considerar cuidadosamente si están listos para amar y criar a un niño.
  2. Ofrecer clases de maternidad y grupos de apoyo que se enfoquen en la conexión entre padres e hijos, como los grupos de la Liga de la Leche.
  3. Brindar a los padres el apoyo que necesitan para que tengan tiempo de enamorarse de su bebé - todo lo demás puede esperar.
  4. Recordar a los padres los beneficios substanciales de amamantar con un destete guiado por el niño.
  5. Educar a cada uno sobre la importancia de responder al llanto del bebé rápidamente y con compasión.
  6. Animar a los padres a enseñar a sus bebés el lenguaje de señas para que puedan comunicar sus necesidades y sentimientos antes de que puedan hablar.
  7. Informar a los padres sobre los beneficios del colecho.
  8. Promover que los bebés sean llevados en brazos, especialmente piel con piel.
  9. Recomendar a los padres que eviten todos los accesorios para bebes innecesarios, los cuales pueden interferir con el vínculo entre los padres y el niño.
  10. Ayudar a los padres a aprender alternativas compasivas a los castigos para fomentar la cooperación fundada en el amor, no en el miedo.
  11. Aconsejar a los padres a dar a cada niño una voz, por medio de la escucha abierta y sin juicios de lo que el niño tiene que decir.
  12. Enseñar herramientas de comunicación para mejorar las relaciones entre todos los miembros de la familia.
  13. Apoyar alternativas educativas como la no escolarizada o escuelas democráticas, las cuales estimulan el amor natural de los niños por aprender.
  14. Entrenar a las familias y consejeros matrimoniales para enfatizar en la importancia crítica de tratar al niño con dignidad y respeto.
  15. Intervenir a favor de los niños de quienes sus necesidades y sentimientos son ignorados.
  16. Sobre todo, recordar a los padres tomar en serio y respetuosamente los sentimientos y necesidades del niño desde el primer día.

Las elecciones de los padres tales como llevar al niño en brazos, amamantar, el colecho y responder al llanto del bebé, beneficiarán al niño de muchas maneras. Ayudan a proveer una capacidad de empatía y estabilidad emocional, y preparan al niño de por vida para tener relaciones respetuosas y confiables. Estas prácticas también ofrecen beneficios significativos para los padres, ya que su relación con los niños será más fácil y placentera.

Todos hacemos lo que creemos que es mejor para nuestros niños. Desafortunadamente, muchas veces recibimos consejos equivocados como las nalgadas, tiempo fuera, privación de privilegios, o dejarlos llorar. Aunque estos consejos pueden estar bien intencionados, estas estrategias inevitablemente crean enojo y frustración en los niños, los cuales pueden crecer conforme pasa el tiempo hasta convertirse en una conducta agresiva. También pueden dañar la autoestima del niño y obstaculizar su capacidad de conectarse ya sea con sus padres o con las demás personas.

Todos hacemos lo que creemos que es mejor para nuestros hijos.

Sin una conexión fuerte con alguien realmente confiable, un niño abusado, enojado o frustrado (en el hogar, en la escuela o donde sea) siente que no tiene a nadie a quien acudir para apoyo o entendimiento1. Por lo que la agresión se puede volver su único medio para comunicar sus sentimientos de enojo, impotencia y desesperación.

Los adultos saben que entre más amablemente traten a un amigo, mas cooperativo y atento será, porque estará motivado por el amor y no por el miedo. No es diferente para un niño. Los padres que les tienen paciencia a sus hijos, les modelan herramientas de resolución de problemas pacificas que el niño usará toda la vida.

Lo más constructivo que podemos hacer para crear un mundo pacífico es enfocarnos en incrementar la capacidad de empatía en cada niño. Los psicólogos e investigadores han reconocido por décadas la importancia de cubrir las necesidades del niño con entendimiento y compasión2. Empecemos a educar a cada uno sobre la importancia crítica de los primeros años. Enfocarse en estos años no sólo ayudará a prevenir tragedias futuras, también dará a nuestros niños el mejor comienzo posible hacia una vida plena y feliz.