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¿Cómo Creamos la Ceguera Emocional?
21 Puntos

  1. El niño es siempre inocente.
  2. Todo niño tiene necesidades ineludibles, entre otras de seguridad, afecto, protección, contacto, sinceridad, calor y ternura.
  3. Estas necesidades, raramente satisfechas, son mas bien a menudo explotadas por los adultos para sus propios fines (traumatismo del abuso perpetuado sobre el niño).
  4. El abuso que sufre el niño tiene consecuencias durante toda su vida.
  5. La sociedad está del lado del adulto y acusa al niño de lo que se le ha hecho.
  6. La realidad del sacrificio del niño se niega siempre.
  7. Seguimos ignorando pues la consecuencias de ese sacrificio.
  8. Al niño, abandonado en su soledad por la sociedad, no le queda mas remedio que el de reprimir el traumatismo e idealizar a quienes se lo infligieron.
  9. La represión engendra neurosis, psicosis, trastornos psicosomáticos y crimenes.
  10. En la neurosis reprimimos y negamos las verdaderas recesidades y en su lugar vivimos con sentimientos de culpabilidad.
  11. En la psicosis, el abuso se transforma en delirio, desvarío.
  12. En el trastorno psicosomático, se vive el dolor de los malos tratos, pero el verdadero origen de ese dolor queda oculto.
  13. La confusión, la seducción y los malos tratos sufridos encuentran constantemente desahogo en el crimen.
  14. Una terapia solo tiene éxito si no se niega la verdad sobre la infancia del paciente.
  15. La doctrina psicoanalista de la "sexualidad infantil" se apoya en la ceguera de la sociedad y legitima el abuso sexual sobre el niño. La sociedad acusa al niño y dispensa al adulto.
  16. Los fantasmas ayudan a sobrevivir, sirven para expresar la insoportable realidad de la infancia y a la vez a ocultarla o hacerla parecer inofensiva. Un acontecimiento o un traumatismo fantasmal, aparentemente "inventado", oculta siempre un traumatismo real.
  17. En la literatura, en el arte así como en los cuentos y en sueños se expresan a menudo bajo forma simbólica, la experiencias reprimidas de nuestra niñez.
  18. Teniendo en cuenta nuestra ignorancia crónica de la situación real del niño, estos testimonios simbólicos de sus tormentos no son sólo tolerados, sino incluso muy apreciados por nuestra civilización. Si comprendiésemos el trasfondo oculto de esas obras de arte, la sociedad las rechazaría.
  19. Las consecuencias de un crimen, cometido realmente, no desaparecen por el simple hecho de que tanto el criminal como la víctima estén ciegos y perturbados.
  20. Se pueden evitar nuevos crímenes si las víctimas empiezan a ver claramente la realidad, la compulsión de repetición podrá así desaparecer o al menos atenuarse.
  21. En la medida en que nos permitamos descubrir irrefutablemente y sin ambigüedad la fuente de información oculta en la vida del niño, los relatos de las víctimas pueden ayudar a la sociedad en general y a la ciencia en particular, a aumentar el nivel de conciencia.

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© 2006 Alice Miller

Traducido del francés por Rosa Barrio